Vinos y oporto del Duero |
Existen pocos lugares en el mundo en los que el vino haya tenido un impacto tan profundo en la historia, la cultura y la vida de sus habitantes como el que éste tiene en la región del Duero. Y, por supuesto, tampoco no hay ningún otro lugar en el que el vino haya tenido tanta influencia en el paisaje. Aquí se ha estado elaborando vino durante más de dos mil años. Su moderna importancia reside en la animosidad que caracterizó las relaciones entre Inglaterra y Francia durante el siglo XVII. Inglaterra boicoteó o impuso fuertes y sancionadores aranceles a Francia, y otorgó todas las ventajas comerciales posibles a Portugal. Al verse privados del tan apreciado clarete, los siempre pragmáticos bebedores ingleses de vino pronto aprendieron a apreciar las delicias del oporto, el vino del Duero cuyo nombre responde al puerto comercial del que partía. A fin de proteger la calidad del vino, la región vinícola del Duero recibió la Denominación de Origen en 1756, una de las primeras en concederse en todo el mundo. Al principio, el vino era simplemente un vino tinto sin fortificar. No obstante, hacia el siglo XIX, el proceso mediante el cual se añade el orujo de la uva con un alto porcentaje de alcohol al mosto de uva en fermentación ya había mejorado considerablemente. Como consecuencia de ello, se consigue detener la fermentación a través de matar las células de la levadura antes de que el azúcar presente en las uvas se haya convertido en alcohol, lo que a su vez proporciona un vino dulce con un alto contenido alcohólico, “fortificado” contra los rigores del viaje en barco hasta Inglaterra. Desde entonces, el procedimiento básicamente no ha cambiado. En las últimas décadas, sin embargo, ha habido un acentuado retorno a lo que se conoce como vino sin fortificar o “Douro”. Los gustos han cambiado y ahora nos sorprende leer antiguos relatos en los que se cuenta como una única persona había sido capaz de consumir varias botellas de oporto en el transcurso de una comida. Mientras que por un lado se intenta incrementar el consumo del oporto, por ejemplo a través de promocionar su uso en combinados, como sería el "Port tonic", el oporto suele percibirse como un licor de sobremesa e incluso uno que se reserva para las grandes ocasiones. Hoy en día se consume tanto vino Duero como oporto. Y la verdad es que su existencia hace que el mundo sea ligeramente mejor que lo sería sin él. El oporto que se produce hoy en día es igual o incluso mejor que los más exquisitos vinos del Duero. De hecho, la calidad del oporto ha mejorado ostensiblemente gracias a las lecciones que primero se aprendieron con la producción del vino Duero. El excepcional terroir, el gran número de cultivos de uvas y la relativamente reciente tendencia a elaborar vinos fortificados significa que el potencial es todavía inmenso. No hay nada como beber y conocer los secretos de estos magníficos vinos en su lugar original de elaboración. |