Qué Ver en Menorca |
No cabe duda de que disfrutará de su visita a Menorca, tanto por conocer su importancia histórica como por sus magníficos paisajes. Comience con Mahón, cuyo enorme puerto natural ha dado pie a que sea la capital de la isla. Esta ciudad está hecha de serpenteantes calles con muros en ruinas, hermosas iglesias, coloridas mansiones y casas de estilo georgiano. Los puntos de interés incluyen el ayuntamiento, un lugar del centro que no debe perderse, y la grandiosa Iglesia Barroca de Santa María. Finalmente tiene La Mola, la fortaleza de Isabel II en la entrada del puerto, que aunque quedó obsoleta antes de terminarse y nunca disparó ni un solo cañón, aún sigue siendo un claro ejemplo de arquitectura militar del XIX, además de ofrecer unas espléndidas vistas de Mahón y de su litoral. Ciutadella, en su tiempo capital de la isla, posee numerosos atractivos. No puede perderse la Catedral gótica, construida sobre las ruinas de una mezquita del siglo XIV. Podrá pasear por la parte antigua de la ciudad y disfrutar de las ruinas árabes y medievales dentro de lo que fue en su momento la ciudad amurallada. También podrá visitar el Castell de Sant Nicolau, rodeado por un foso y construido en el siglo XVII para proteger el acceso al puerto de la ciudad. Pero, sin duda, lo que no debe perderse en Ciutadella es la Plaça d’es Born, considerada como una de las plazas más bellas de España. Para descubrir Menorca al completo, ha de visitar las ruinas megalíticas, que datan en su mayoría del período talayótico, entre el 2000 y el 1000 a. C. Gracias a la gran cantidad de restos arqueológicos, siempre se ha considerado a esta isla como un fantástico “museo al aire libre”. Merece la pena visitar los monumentos de piedra en forma de T, conocidos como Taulas, o las Navetas, en forma de bote invertido, que se encuentran en antiguos pueblos o diseminados por toda la isla. Su utilidad aún sigue en las brumas del misterio, aunque se piensa que pudieron servir como torres defensivas, tumbas o almacenes. Comience por la Torre d’en Galmés, un pueblo prehistórico que existió desde la época pre-talayótica hasta tiempos de los romanos. La villa de Trepucó, que data del 1500 a. C. aproximadamente, se encuentra cerca de Mahón y es muy hermosa. Durante el verano mejor ir por la mañana temprano o por la tardecita, para evitar las horas de más calor. El resto de la isla le ofrece fantásticas vistas y unos paisajes de lo más romántico. En la parte norte de la isla se encuentran los restos de Sanitja, una colonia fenicia que se puede visitar en barco desde Fornells. Aquí se encuentra la Torre de Sanitja, construida por los británicos para proteger el acceso a su puerto natural. Desde aquí podrá contemplar los deslumbrantes atardeceres y el hermoso puerto deportivo. En Sant Lluís, una población creada por los franceses en 1756, podrá conocer la bella iglesia neoclásica y su enorme molino de viento, el Molí de Dalt, que en la actualidad alberga un museo etnológico. |