Cosas que hacer en Sevilla |
Si su viaje a Sevilla coincide con la Semana Santa está de suerte, porque es cuando se dan cita dos de los eventos más importantes del calendario de la ciudad: las celebraciones de la propia Semana Santa y, poco después, la Feria de Abril. La primera es un espectáculo digno de ver, con sus solemnes procesiones, penitentes y capirotes que desfilan tras los pasos ricamente engalanados de la Virgen. El dramático esplendor de esta celebración contrasta sobremanera con la alegría sin parangón de la Feria de Abril, dos semanas más tarde, cuando los sevillanos disfrutan de la bebida, la comida, el flamenco, los toros y las actividades ecuestres en Los Remedios, a la vera del río. Un viaje a Sevilla no sería tal si no fuera a la cuna del auténtico flamenco. En el Museo del Baile Flamenco encontrará mucha información sobre este arte único, antes de sumergirse y conocer de primera mano los tablaos, las peñas o las improvisadas veladas de cante y baile que surgen en cualquier bar de la ciudad. En los Jueves Flamencos de Cajasol se organizan veladas de flamenco cada jueves (las fechas difieren cada año), mientras que en otoño se celebra la Bienal de Flamenco de Sevilla, en la que los mejores artistas del género de la ciudad actúan durante un intenso mes cada dos años. Otro de los multitudinarios festivales religiosos de Sevilla, la Romería del Rocío, tiene lugar a finales de primavera en el pueblo vecino de El Rocío. En Pentecostés el tranquilo pueblo se transforma por completo, dando cita a más de un millón de peregrinos que descienden por sus polvorientas calles para presentar sus respetos a la Virgen del Rocío. La España más andaluza está aquí en todo su esplendor, ya que todos los peregrinos van ataviados con sus trajes típicos, en carretas tiradas por bueyes o a caballo de camino a ver a la Virgen. La solemnidad religiosa de la ocasión está naturalmente acompañada de un gran alborozo con sus cantes, bailes, comidas y abundantes bebidas, que van alegrando los diferentes campamentos improvisados. El legado que dejaran los antiguos habitantes de Sevilla proporcionan algunas interesantes alternativas. Las ruinas romanas de Itálica, uno de los primeros asentamientos romanos en España, están situadas a unos 9 km al norte de la ciudad, en las afueras del pueblo de Santiponce, y cuenta con asombrosos ejemplos de mosaicos y un anfiteatro muy bien conservado. Por otro lado, el rico legado musulmán de la ciudad aún está presente en los fabulosos hammam (baños árabes), donde pueden comprobar la sensualidad y el poder revitalizante de estos baños, tan reverenciados por sus creadores. En Sevilla nunca hay un momento de abatimiento. La hospitalidad andaluza, su fabulosa gastronomía, la riqueza cultural e histórica y ese inimitable entusiasmo por la vida le quitará el sentido. |