Llamado así en honor del famoso explorador, este puente de 17 Km. que atraviesa el Estuario del Tajo fue inaugurado en 1998 para la Expo organizada aquel año por la ciudad de Lisboa. El coste total del grandioso proyecto de ingeniería, que finalizó un poco antes de lo previsto, ascendió a cerca de mil millones de euros, y fue financiado principalmente por el sector privado y los fondos estructurales de la UE. Se cobra un peaje por su uso. La prevención y la protección de un importante santuario de aves de las marismas que incluía una especie rara de flamencos, así como la reubicación de unas 300 familias que vivían en barriadas colindantes al puente, supusieron unos gastos extra. El puente está equipado con seis carriles viales y, durante la construcción, los peritos tuvieron que tener en cuenta la curvatura de la Tierra para posicionar correctamente los muelles, ya que, de lo contrario y debido a la longitud del puente, hubieran acabado presentando un desvío de 80 cm. en relación a lo previsto.
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