Existe también un Fado distinto al que se muestra en los espectáculos profesionales organizados en su mayoría por restaurantes dedicados al Fado. Fado Vadio, literalmente traducido como Fado bohemio, vagabundo u holgazán, se utiliza para describir que el Fado da más importancia a la expresión de las emociones que a los éxitos comerciales. Básicamente interpretado por aficionados, podrá escuchar también a profesionales en sus momentos de ocio.
Prepárese para sentir emociones desconocidas y diferentes talentos. Puede que aquí escuche algunas desentonaciones pero también se estremecerá cuando una mujer de aspecto sencillo se ponga a cantar con el lenguaje de sus sentimientos, y aunque quizás no entienda ni una palabra entenderá perfectamente la canción. E incluso las actuaciones menos brillantes son siempre amenas y, a veces, hasta divertidas.
Cantado por la gente y para la gente, podrá escuchar a un cocinero, un abogado, un ejecutivo o un basurero. La verdad es que muchos portugueses presumen de ser una Amalia anónima o, aunque no sea así, no pueden resistirse a cantar fados. Existe un amplio subgrupo de portugueses que deambulan por las zonas tradicionales en busca de tascas y bares en los que arrancarse a cantar.
No se trata de una competición de canto ni de un karaoke, sino de un deseo sincero de evocar, expresar y compartir emociones. Entre los cantantes pueden encontrarse auténticas joyas, e incluso las estrellas de Fado del mañana, ya que fue así como empezaron su carrera la mayoría de las estrellas del pasado y del presente. Las tascas y los bares de Alfama es donde, con mayor probabilidad, escuchará el Fado Vadio.
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