El entorno de Lisboa |
Lisboa cuenta con un gran número de espacios verdes, incluido un bosque de 600 hectáreas llamado Monsanto, que se ha visto muchas veces amenazado por la construcción de edificios públicos, pero que ha conseguido salvarse por ahora del desarrollo urbanístico. Vista desde el aire, Lisboa es un paraíso para los amantes de la naturaleza, con hectáreas y hectáreas de bosques extendiéndose por valles verdes en dirección al Estuario del Tajo. Gracias al clima húmedo de la ciudad, casi todo crece. Esto se constata fácilmente en los principales jardines botánicos, en los que crecen exóticas plantas tropicales como higueras gigantes, primitivos helechos arborescentes y palmeras donde se posan bandadas de loros asilvestrados. Lisboa tiene una larga tradición en el cuidado de sus árboles, como en el caso del majestuoso Cupressus Lusitanica Principe Real, cuya semilla fue traída de México por los Jesuitas hace ya 200 años. Lisboa tiene asimismo algunas de las especies de aves más interesantes de Europa, muchas de las cuales pueden verse en las salinas de la Reserva Natural del Estuario del Tajo. Si tiene suerte podrá contemplar bandadas de miles de flamencos saliendo del agua cerca del Puente Vasco de Gama, y prácticamente la mitad de la población de aves zancudas de Europa vienen en invierno a Lisboa. Las zonas agrícolas que rodean a la capital son ricas en fauna y flora y en ellas viven nutrias, águilas pescadoras, aguiluchos, garzas reales, zancos negros, avetorillos, gatos monteses, turones y tejones. No obstante, una campaña para una menor burocracia y una mayor inversión en nuevos estadios, autopistas, grandes presas y centros comerciales está amenazando algunas de las áreas de protección medioambiental que hacen que Lisboa sea una ciudad tan verde. |